jueves, octubre 05, 2006

El Lord Exterminador

Las sombras no paraban de revolverse violentamente alrededor de su cabeza gritándole sin cesar. Intento apartar aquellas apariciones fantasmales con sus propias manos incorpóreas, unas manos curtidas por cientos de batallas. Aquellas criaturas como sombras siempre estaban allí, intentando provocar su ira. Se volvían borrosas por momentos y no cesaban de cambiar y algo le decía que debería recordar lo que significaban aquellas imagenes. A veces tenía la impresión de haberlo recordado, pero esos momentos se le seguían escapando de las manos una y otra vez y volvía a quedarse solo en la oscuridad con su frustación y su rabia como única compañía.

Unos destellos luminosos le abrasaron todo su ser y provocaron su exasperación y su confusión. Vió una figura grandiosa e imponente, que reflejaba belleza e inspiraba una gran admiración, al mando de una flota interminable de naves que emitían una una estruendosa algarabía con sus motores. ¿No se estaria viendo a sí mismo?

Las imágenes y los sonidos volvieron a desvanecerse de su mente y cayeron en el olvido. ¿Por qué se sentía furioso? ¿Quién le había hecho aquel mal? ¿Quién era él? Bulakov El'Leon, le susurró alguien, pero aquel nombre no tenia ningún significado para él. Una risotada temblorosa retumbó por todo su ser y volvió a sentir como el quemazón de la rabia le atravesaba el cuerpo. Gritó de dolor, tal y como había hecho durante miles de años, pero no logró producir ni un sonido. Aquella risa espantosa volvió a apoderarse de él y este retrocedió repugnado, sintiendo un odio indiscriminado y falto de un motivo concreto. ¿Qué motivo podía haber allí?

Las llamas aparecieron y lo rodearon con su baile y él fue a refugiarse en su propia envoltura oscura de su ser. Se vio a sí mismo sentado en un gran trono en lo alto de una montaña. Miles de almas trazaban círculos a su alrededor rogándole misericordia, ya que sus espíritus no podían llegar al plano siguiente por estar atadas al monumental trono mediante cadenas brillantes. Se vio a sí mismo, una figura espléndida y radiante, con todo lo que podía desear al alcance de las manos.

"Todo esto podría haber sido tuyo...", - le susurró una voz en su mente en tono sarcástico, una voz que él sabía que era la suya. Gritó para no tener que oir más aquella voz, pero no podía acallarla.

"Todo te habría pertenecido, si tan solo, si tan solo..."- de repente, la vista se le aclaró y su mente volvió a pertenecerle. La oscuridad lo rodeaba, pero tan solo se trataba de la firme negrura del espacio sideral, no de las tinieblas de la locura.

Un alud de recuerdos recorrieron la mente del ser conocido como Bulakov, el Lord Exterminador o el líder de los HIT. Junto con los recuerdos llegó de nuevo el odio, pues recordó de nuevo su caída de la cima del poder hacía las simas de la locura, condenado por los dioses de HIT.

A la vez que su recuperada consciencia le iba aclarando el pasado, Bulakov se prometió a sí mismo que nuca jamás volvería a caer en aquella existencia de horripilante locura, aquel desfile eterno de imágenes y sonidos incomprensibles.

"Nunca más",- aseveró el lord exterminador.


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