La noche transcurría. Ni mucho menos era tranquila. Mientras la gran mayoria de mis hombres reposaban, las sondas no paraba de ir y venir para tener toda la zona controlada. Las guardias se iban turnando. No podíamos relajarnos, ya que no conocíamos la zona donde habíamos acampado.
Así pues, llega el informe de unas sondas que han detectado la presencia de otra flota con potencial de ser hóstil para nuestras nuevas colonias en esa galaxia. Así que decido que si mis tropas se van a ir de la zona en mucho tiempo, hemos de dejar la zona lo más libre de peligros que podamos.
Esta vez, mi Compañía del Fénix no iba a entrar en combate. Decidí que mejor se quedaran descansando a pesar del enfado del Sargento Kusnov por mi falta de confianza en ellos. Lo consolé, y le prometí que no era falta de confianza, sino más bien precaución. Teníamos a la Compañía del León que había gozado de un buen descanso, e irían más frescos a combatir. El Sargento Kusnov se retiró.
Hice llamar al Sargento Kliev. Era un hombre alto y recío. Una cara de facciones marcadas y aguerridas, reflejaban la cantidad de batallas en las que había combatido. Un pelo grisáceo y largo revelaban la avanzada edad de este, e imponía un gran respeto. Me acerqué a él, le rodeé su espalda con mi brazo derecho y lo acerqué a la lumbre a que sintiera el calor de las llamas en sus mejillas sonrojadas por el frío de la noche.
Una vez informado de la situación el Sargento Kliev, partió con su Compañía del León. Un saludo y despegaron raudos, antes de que los soles de aquel sistema, brindasen su luz de nuevo. Aprovechamos así el eclipse de sol. Teníamos que ser rápidos y aprovechar la oscuridad para acercarnos lo máximo posible a ellos. Había comenzado la batalla:
Así pues, llega el informe de unas sondas que han detectado la presencia de otra flota con potencial de ser hóstil para nuestras nuevas colonias en esa galaxia. Así que decido que si mis tropas se van a ir de la zona en mucho tiempo, hemos de dejar la zona lo más libre de peligros que podamos.
Esta vez, mi Compañía del Fénix no iba a entrar en combate. Decidí que mejor se quedaran descansando a pesar del enfado del Sargento Kusnov por mi falta de confianza en ellos. Lo consolé, y le prometí que no era falta de confianza, sino más bien precaución. Teníamos a la Compañía del León que había gozado de un buen descanso, e irían más frescos a combatir. El Sargento Kusnov se retiró.
Hice llamar al Sargento Kliev. Era un hombre alto y recío. Una cara de facciones marcadas y aguerridas, reflejaban la cantidad de batallas en las que había combatido. Un pelo grisáceo y largo revelaban la avanzada edad de este, e imponía un gran respeto. Me acerqué a él, le rodeé su espalda con mi brazo derecho y lo acerqué a la lumbre a que sintiera el calor de las llamas en sus mejillas sonrojadas por el frío de la noche.
Una vez informado de la situación el Sargento Kliev, partió con su Compañía del León. Un saludo y despegaron raudos, antes de que los soles de aquel sistema, brindasen su luz de nuevo. Aprovechamos así el eclipse de sol. Teníamos que ser rápidos y aprovechar la oscuridad para acercarnos lo máximo posible a ellos. Había comenzado la batalla:
Batalla del día 01 de Mayo ( 14:41:08 )
La Batalla duró 2 rondas.
ATACANTE ( 1 )
Bulakov [XX:XX:XX]
Armas: XXX% Escudos: XXX% Blindaje: XXX%
Nave de Batalla 303 Perdió 3
DEFENSOR ( 1 )
ReAcToR [XX:XX:XX]
Armas: XXX% Escudos: XXX% Blindaje: XXX%
Nave de Batalla 80 Perdió 80
Lanzamisiles 9 Perdió 9
El atacante ha ganado la batalla!
Captura: 113.716 Metal, 42.564 Cristal y 2.194 Deuterio
Pérdidas del Atacante: 180.000 unidades
Pérdidas del Defensor: 4.818.000 unidades
Pérdidas TOTALES: 4.998.000 unidades.
Escombros
Metal: 996.000 unidades
Cristal: 498.000 unidades
GANANCIAS Y PÉRDIDAS
Rentabilidad Atacante: 819%
Atacante Con/Sin Reciclaje: 1.472.474/-21.526 Unidades
Defensor Si Recicla : -3.482.474 Unidades
La probabilidad de que una luna surja de los escombros es de 14%
Esta vez, la no tan experimentada Compañía sufrió bajas. Fueron mínimas, pero un error de calculo en combate sangriento, solamente puede tener un resultado, el desastre. Dos pilotos ansiosos de demostrar sus dotes, se precipitaron e impactaron el uno contra el otro. Y un tercero fue absorbido por la explosión de dicho choque, proyectandolo contra la superfície del planeta y desintegrandose al entrar en la atmosfera de este.
Los recicladores procedieron a limpiar los escombros, y con todo el pesar que supone recoger también los de los compañeros caídos en combate:
Tus 80 recicladores tienen una capacidad total de carga de 1600000. En los escombros flotan 996000 metal y 498300 cristal en el espacio. Has recolectado 996000 metal y 498300 cristal.
Ya de regreso, el Sargento Kliev, bajó de la nave desconsolado. Yo ya sabía la trágica noticia, pues había seguido la batalla por radio. Me acerqué a consolarle, sabía que para él eran como hijos. Todos y cada uno de sus hombres han recibido su instrucción directamente de Kliev, y quizá, el afán por hacerle sentir orgulloso de ellos, los llevó a su destrucción.
El Sargento Kusnov, permanecía en la distancia expectante. Pese a la rivalidad que hay entre ellos, en la realidad son como hermanos. Dos hermanos de duro caracter, forjado en las trincheras en los albores de nuestro pueblo, cuando más hubo que batallar. Kliev clavó sus ojos en los de Kusnov, ambos se consolaron solo con las miradas. Luego, cada uno partió a reunirse con sus hombres y a prepararse para la próxima batalla.
Los recicladores procedieron a limpiar los escombros, y con todo el pesar que supone recoger también los de los compañeros caídos en combate:
Tus 80 recicladores tienen una capacidad total de carga de 1600000. En los escombros flotan 996000 metal y 498300 cristal en el espacio. Has recolectado 996000 metal y 498300 cristal.
Ya de regreso, el Sargento Kliev, bajó de la nave desconsolado. Yo ya sabía la trágica noticia, pues había seguido la batalla por radio. Me acerqué a consolarle, sabía que para él eran como hijos. Todos y cada uno de sus hombres han recibido su instrucción directamente de Kliev, y quizá, el afán por hacerle sentir orgulloso de ellos, los llevó a su destrucción.
El Sargento Kusnov, permanecía en la distancia expectante. Pese a la rivalidad que hay entre ellos, en la realidad son como hermanos. Dos hermanos de duro caracter, forjado en las trincheras en los albores de nuestro pueblo, cuando más hubo que batallar. Kliev clavó sus ojos en los de Kusnov, ambos se consolaron solo con las miradas. Luego, cada uno partió a reunirse con sus hombres y a prepararse para la próxima batalla.
1 comentario:
¡¡¡Ese Bulakov y sus ataques!!!
¡¡Suerte con el blog tio!!
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